Sevilla

Las cárceles de Marlaska: Tres reclusos violan a otro en la prisión de Morón para robarle hachís

Prisión de Morón
Cárcel de Morón de la Frontera.
Luis Miguel Montero

Según la denuncia de Tu Abandono Me Puede Matar (TAMPM) tres presos violaron a otro el pasado viernes 5 de agosto en la prisión sevillana de Morón. Al parecer, la intención de los agresores era extraer el hachís que supuestamente el hombre portaba en su interior.

Según el relato de la propia víctima ante el funcionario del departamento de prisiones, cuando se encontraba en los aseos de la sala de día, es abordado y prendido a la fuerza por tres reclusos que identifica perfectamente. Estos lo llevan a la fuerza y lo introducen en el último  los aseos, el más alejado de la entrada, ya allí le bajan los pantalones y la ropa interior y a la fuerza le introducen un bote de gel por el ano, para supuestamente a modo de lavativa, según relata el propio afectado, conseguir sacarle el hachís que pensaban llevaba en su interior, porque el día de antes había comunicado con su familia.

Otro recluso que en ese instante entró en la dependencia de los aseos se percató de la situación al oír ruido en el último aseo y pensando que se estaba vendiendo hachís, abrió la puerta y pudo ver a la víctima con los calzoncillos bajados, la cara pálida y atemorizado según relata, y el suelo lleno de gel de un bote que estaba ahí tirado. Este testigo vio a los tres supuestos agresores repartirse trozos de hachís.

Tu Abandono Me Puede Matar (TAMPM) denuncia la escasez de medios tanto personales como materiales con los que cuentan los funcionarios para luchar contra la entrada de drogas en las prisiones tanto en las comunicaciones familiares como al regreso de permisos a prisión.

«Pese a los ímprobos esfuerzos de los funcionarios para luchar contra este problema que genera la mayoría de los conflictos diarios, la administración penitenciaria parece preferir mirar para otro lado, llegando a darse casos como éste o los sucedidos últimamente en el CIS de Sevilla, donde varios internos que han dado positivo en analíticas de drogas (las pocas que se hacen) reciben sanciones leves y poco ejemplarizantes para el resto de la población reclusa que ve cómo si consumen no les ocurre prácticamente nada y más tratándose de un centro destinado a internos, la mayoría clasificados en tercer grado y que se supone que quienes están terminando de cumplir la condena en semi-libertad, deben de ser ejemplo de reinserción y cumplir las normas de comportamiento y de no consumo de drogas. Pues no, cuando se les hace alguna analítica (y hay directrices de hacer muy pocos controles de drogas) y dan positivo, ya no se les regresa a segundo grado, sino que tan solo se les prohibe salir a la calle algún que otro fin de semana desde la prisión. Y todo para que no se descubra la suicida política penitenciaria de la actual administración, que solo busca engordar la estadística de terceros grados, como si fuera un mecanismo de control de eficiencia y efectividad de reinserción, y es que para los trabajadores esta temeraria deriva de la actual política penitenciaria dirigida directamente por el ministro Fernando Grande-Marlaska y su mano derecha y de máxima confianza, el Secretario General de Instituciones Penitenciarias, Angel Luis Ortiz solo trae más delincuencia a las calles y más conflicto en los centros penitenciarios, donde se pone en riesgo la integridad física y sexual como hemos comprobado, de los reclusos a quienes dicen proteger y la de los funcionarios, quienes sufrimos numerosas agresiones diarias, sin que el Ministro haga nada de lo que prometió cuando llego a su cargo. Ni somos Agentes de Autoridad, ni se nos paga las indemnizaciones cuando somos lesionados en el trabajo y los agresores son insolventes, ni se nos dota de más efectivos ni de medios materiales y ya ni hablar de la falsa promesa de reconocer económicamente nuestra difícil labor, porque ha incumplido todo lo que prometió», explica TAMPM en un comunicado.

La administración penitenciaria ya ha tenido conocimiento de estos hechos tan graves en la prisión de Morón. «Esperamos que lo pongan en conocimiento de la autoridad judicial, y no se tape como ha sucedido tantas otras veces en las que si el recluso no pone denuncia, la administración tampoco lo hace. El delito de agresión sexual aparece recogido en los artículos 178 a 180 del Código Penal. El tipo básico del delito de agresión sexual castiga aquellos comportamientos que, mediando violencia o intimidación en su ejecución y sin que exista consentimiento previo de la víctima, atentan contra la libertad sexual de esta sin que se produzca acceso carnal o introducción de miembros corporales u otros objetos por vía vaginal, anal o bucal», añaden desde TAMPM.

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